8.1  Introducción

Compartir experiencias personales es un elemento clave de los programas y servicios basados en el apoyo mutuo en cuanto contribuye a construir la relación de apoyo entre la persona que ofrece ayuda y aquella que la recibe. Asimismo, reflexionar sobre la propia experiencia vivida y crear relatos de hechos pasados pueden ayudar al agente de apoyo mutuo a mirar el pasado – y el presente – desde una perspectiva diferente, a asignar significados distintos a ciertos hechos y a encontrar la forma de cambiar su propia vida. Sin embargo, si queremos sacarle el máximo partido a esta práctica y garantizar la seguridad tanto del agente de apoyo como de la persona que recibe apoyo, todas las partes interesadas – incluidos los profesionales implicados en la organización y la supervisión del servicio – deben saber qué aspectos de la experiencia propia puede ser útil compartir para lograr estos objetivos y cuáles se deben evitar.

8.2 Resultados del aprendizaje

En el siguiente apartado el alumnado aprenderá a

  • Entender el valor de la experiencia vivida en el apoyo mutuo
  • Conocer los beneficios potenciales de compartir la experiencia vivida
  • Examinar las dificultades de compartir experiencias
  • Familiarizarse con las formas en las que el agente de apoyo puede contribuir a dar sentido y remodelar la autobiografía
  • Conocer los aspectos relevantes a la hora de compartir la experiencia de forma eficaz

8.3 Compartir experiencias personales

Identificar y expresar los propios puntos fuertes

Se ha demostrado que los planes de intervención que ayudan a identificar y desarrollar las fortalezas de un individuo contribuyen a fomentar el bienestar. Por lo general, las personas que conocen sus fortalezas pueden utilizarlas de forma más consciente y tienen más posibilidades de lograr sus metas. En línea con esto, los investigadores en el campo del sinhogarismo sugieren que ayudar a las personas afectadas por el sinhogarismo a crear una percepción adecuada de sí mismas adoptando el enfoque basado en las fortalezas puede mejorar sus posibilidades de salir de esta situación.

En una investigación en la que entrevistaron a personas que habían carecido de un hogar, los entrevistados declararon que ser consciente de los propios puntos fuertes (darse cuenta de su propio valor o de que pueden aportar algo) había contribuido a su salida de la situación de sinhogarismo. El estudio concluye que, a pesar de estar marginados en la sociedad, la gran mayoría de las personas sin hogar conocen sus fortalezas personales. Si bien, los autores han podido ver que los individuos que pasan más tiempo sin hogar tienen más dificultades para identificar sus fortalezas (Tweed et al., 2012).

Estos hechos ponen de manifiesto que fomentar el reconocimiento de las fortalezas y competencias personales es un aspecto importante a tener en cuenta al trabajar con personas sin hogar. Para obtener los mejores resultados, puede ser útil orientar el plan de intervención directamente hacia aquellos puntos fuertes predominantes entre las personas en situación de sinhogarismo. En las entrevistas, los investigadores identificaron varias fortalezas que presentaban las personas que estaban o habían estado en esta situación con anterioridad (Tweed at al.).

Habilidades de afrontamientoMotivaciónPerseveranciaAutonomía
Preocuparse por los demásEspiritualidadHabilidades interpersonalesHabilidades técnicas
ValorAmabilidadInteligencia socialAutenticidad

La mayoría de estas fortalezas están relacionadas con aquellas identificadas en el cuestionario VIA (Valores en Acción, del inglés Values in Action), desarrollado por Peterson C. y Seligman M.E.P, que incluye 24 diferentes fortalezas del carácter y que se ha utilizado de forma eficaz en una gran variedad de estudios interculturales.  Este cuestionario científico es gratuito y está disponible en más de 20 idiomas en la página web del Institute on Character.

El agente de apoyo y la experiencia vivida

Las experiencias de vida similares ayudan a “abrir puertas” y crear vínculos entre los agentes de apoyo y las personas que reciben apoyo. Sin embargo, compartir las experiencias vividas brinda también otros beneficios (Psych Hub, 2021):

  • Inspira confianza en que existen soluciones y vías de salida, incluso de las situaciones más difíciles ya que hay personas con problemas similares a los nuestros que los han superado
  • Empodera y motiva a la persona a seguir buscando soluciones o ayuda (o bien a aceptar la ayuda que le ofrecen) 
  • Contribuye a reducir el sentimiento de vergüenza de la persona que recibe apoyo por su situación
  • Contribuye a combatir el estigma
  • Reduce las probabilidades de sufrir recaídas 
  • Apoyar a los demás es una poderosa herramienta para ayudarse a uno mismo

Los obstáculos y las dificultades de compartir experiencias

Las experiencias vividas narradas en primera persona pueden inspirar confianza y ánimo en aquellos que están pasando por momentos difíciles. Sin embargo, para aquellos que comparten sus experiencias, puede llegar a ser muy difícil contarlas, sobre todo cuando se trata de experiencias asociadas a dificultades, pérdidas o dolor. Con frecuencia, se trata de los recuerdos más dolorosos de la vida de la persona y es probable que esta siga enfrentándose a emociones difíciles al rememorarlos. La reticencia a compartir puede tener otras causas, como tener miedo a ser juzgado, sentirse avergonzado de las circunstancias del pasado, no estar dispuesto a mostrarse vulnerable, desconfiar de una persona o un grupo de personas con quienes colabora.

Independientemente del deseo y la motivación, algunas personas requieren más tiempo y práctica para sentirse cómodas a la hora de compartir sus experiencias. Por esta razón, durante la formación de agentes de apoyo mutuo, se recomienda avanzar poco a poco, ser cautelosos y evitar presionar a los futuros agentes de apoyo para que compartan aspectos privados de su historia, puesto que deben ser ellos quienes decidan el qué y cuándo desean compartir. Los agentes en formación deben sentir que tienen el control de la situación y que son libres de decidir qué aspectos de su historia quieren compartir en cada momento. Sobre todo, al inicio del programa – cuando el grupo aún no se haya terminado de formar y los participantes no estén familiarizados entre ellos – conviene ser prudentes con el nivel de apertura que esperamos de ellos. Por este motivo, se recomienda ser flexible a la hora de diseñar las actividades y asignar tareas a los participantes. Por poner un ejemplo práctico, si vamos a pedir a los participantes que reflexionen sobre sus experiencias del pasado, debemos darles la libertad de elegir qué experiencias o hechos abordar.

La etiqueta de superviviente

Los agentes de apoyo – y los expertos por experiencia en general – pueden llegar a tener la sensación de que su identidad se reduce a la categoría de superviviente o portador de ‘experiencia en primera persona’ y que su opinión solo tiene valor por esta razón. Con el fin de prevenir que esto pase, es importante que los profesionales implicados sean conscientes de que los agentes de apoyo son más que su experiencia y que poseen otras aptitudes que aportar en los proyectos en los que participen. Para ello, los profesionales deben ser prudentes y evitar aludir a los aspectos de la experiencia vivida con demasiada frecuencia. En cambio, pueden mostrar iniciativa para ayudar a los agentes de apoyo a descubrir o reafirmar otras competencias o habilidades. Por ejemplo, el profesional puede consultar al agente de apoyo sobre cuestiones que no están estrechamente relacionadas con sus experiencias personales y hacer referencias a otras competencias que haya observado.

Compartir experiencias de forma efectiva

Para que sea efectivo, el proceso de compartir experiencias debe ser planteado de forma apropiada y ejecutado con cuidado. A continuación, se mencionan algunos aspectos a tener en cuenta para llevarlo a cabo:

  • Rechazar el “enfoque de talla única” .

Entender que las experiencias no son iguales y que existen múltiples factores que añaden diferentes matices y variaciones es esencial. De forma similar, uno debe darse cuenta de que, incluso si la situación es parecida, las necesidades y las expectativas de dos personas diferentes no tienen por qué ser iguales. Algo que haya sido útil para una persona no siempre lo será para otra.

  • Intención y perseverancia

El cambio solo es posible cuando la persona que recibe apoyo tiene y mantiene en el tiempo una voluntad firme de recuperarse y se compromete a llevar a cabo acciones concretas para alcanzar este objetivo.  Es imprescindible entender la importancia de estos factores para que el programa tenga éxito y, por lo tanto, los agentes de apoyo deben recordar expresarlos al compartir su experiencia.

  • Compartir la experiencia de forma consciente

Los agentes de apoyo no comparten fragmentos de su experiencia de manera aleatoria. Analizan y definen el propósito de compartir determinadas partes de la experiencia en diferentes etapas del plan de intervención como una forma de asegurarse de que comparten aspectos de su historia que realmente son útiles para la persona que están apoyando. Por lo general, esto será una consecuencia lógica de la interacción mutua entre las dos personas. El agente de apoyo, por ejemplo, puede compartir su experiencia en base a lo que le pida la persona que recibe apoyo o en base a necesidades específicas que haya identificado, basándose en su conducta o en algo que la persona haya contado.

El hecho de compartir experiencias tiene como objetivo inspirar confianza, aportar ideas para adaptarse, debatir sobre posibles soluciones, entre otros. Sin embargo, es probable que la persona aún no esté preparada para ciertos cambios o que aún no sea el momento adecuado y, aquello que inicialmente tenía la intención de ayudar, podría perjudicar o resultar en otro desafío. Por esta razón, los agentes de apoyo deben evitar compartir aspectos que resulten problemáticos o generen prejuicios hacia determinadas soluciones o servicios.

  • Mantener la calma

El objetivo de compartir experiencias es de facilitar la creación de un vínculo entre las personas a través de sus historias de vida. Para que la persona que recibe apoyo se identifique con el relato que se comparte, este tendrá que ser creíble. En la práctica, tienen que encontrar un equilibrio al describir experiencias duras, evitando presentarlas de manera muy negativa o muy positiva.

  • La persona que recibe apoyo decide

El objetivo del agente de apoyo es intentar orientar a la persona a tomar sus propias decisiones y mejorar su percepción de sí misma. Bajo ningún concepto, el apoyo entre pares debería convertirse en una forma de manipulación. Por este motivo, el agente de apoyo debe evitar decir a la persona qué hacer y, también, dar consejos directos sobre las medidas que debe adoptar. Si decide compartir sus experiencias es para proporcionarle una perspectiva más amplia y ayudarle a sentir que no está solo.

  • El lenguaje a utilizar

El lenguaje que utiliza el agente de apoyo es de suma importancia debido a que es el medio por el que se transmite el mensaje. Si se utiliza de forma correcta, contribuye a respaldar los aspectos mencionados anteriormente. Es preferible que el agente de apoyo utilice verbos modales de posibilidad – puede, podría – y evite verbos o adverbios que expresen certeza o imposición, por ejemplo: serás, estarás, debes, es evidente que…

La falta de entendimiento común sobre la experiencia vivida

El sinhogarismo es un fenómeno complejo que afecta a personas de distintas procedencias, etnias, creencias, orientación sexual y situación socioeconómica. Además, la falta de una vivienda estable suele estar acompañada de otras circunstancias y problemas, como los problemas de salud metal o físico; el acoso físico, emocional o sexual; traumas de diversa índole; adicciones; problemas de comunicación, etc.

A modo de ejemplo, hay que imaginar que el agente de apoyo y la persona que recibe apoyo comparten la experiencia vivida sobre el sinhogarismo pero que sus antecedentes y experiencias pueden ser notablemente diferentes.

Antes de todo, ambas partes deben entender que puede ser difícil alcanzar un nivel paralelo ideal en la experiencia compartida entre dos personas que están involucradas en una práctica de apoyo mutuo. Existen relaciones en las que el nivel de experiencia compartida es elevado y otras en las cuales existe una situación generalizada (en nuestro caso, haber experimentado el sinhogarismo), en la cual se pueden observar muchas diferencias. Sin duda, se considera más fácil encontrar aspectos comunes en el primer caso; sin embargo, compartir el hecho de haber experimentado el sinhogarismo sería suficiente para que las personas establezcan un vínculo, siempre que el agente de apoyo posea la capacidad de empatizar con la persona que necesita apoyo y entender sus diferentes circunstancias.

Compartir la experiencia vivida a otros niveles

Compartir la experiencia vivida con los pares no es la única forma de hacer una contribución a la comunidad y ayudar a los demás con las propias experiencias. Integrar a las personas que se hayan recuperado en la planificación, implementación y evaluación de los servicios es una forma excelente de incorporar diferentes puntos de vista que pueden mejorar las posibilidades de los servicios de satisfacer las necesidades de los usuarios y alcanzar los objetivos generales de un programa en concreto. Sin duda, cualquier esfuerzo en este sentido debe basarse en la comprensión del valor de la experiencia vivida y su potencial a la hora de diseñar servicios, cambiar el sistema o adaptar su respuesta a determinados retos sociales. Además, para que este método funcione debe haber una verdadera intención y dedicación por parte de estos servicios para incluir nuevas figuras en el proceso, que requiere un cierto esfuerzo y perseverancia para construir y mantener las condiciones apropiadas al respecto. Otro aspecto importante, en caso de que la participación en un programa determinado sea temporal, es que los expertos por experiencia reciban la información necesaria sobre el propósito y las implicaciones de las actividades, de antemano, y sobre el impacto de su contribución, posteriormente.  Esto les ayudará a entender el propósito de su rol, contribuirá a que ganen confianza y los animará a seguir aportando su experiencia en el futuro.